jueves, 20 de septiembre de 2012

Ciegos que quieren ver

Buscar la luz es una forma de vivir

Indicaciones:

1. Una frase para el recuerdo.
2. Texto: El ciego de Jericó (Lc, 18, 35-43)
3. Comentario para comprender el texto.
4. Videoaudición de la canción "Bendita la luz" de Maná.
5. Breve oración en común.


1. Una frase para el recuerdo.

"Seamos tan diferentes con los hombres como con los cuadros,
a los que tratamos siempre de dar una luz favorable"
(Ralph Waldo Emerson)

2. El Ciego de Jericó.

"Aconteció que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando;
y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno.
Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó,
diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista.
Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.
Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios."


3. Comentario para comprender el texto:
Ser ciego hace dos mil años era cosa mala, no existía la bendita ONCE ( lo digo en serio). Jesús se acercaba a Jericó y el ciego, no quiso perder el tren de Jesús Dios, se puso a gritar, a llamarle, a clamar. Los que estaban cerca le rogaban que callase. Cuantas veces, el ambiente, la familia, los prejuicios, el miedo a clamar, la sonrisa de los "compasivos" nos dicen lo mismo: calla, no molestes, eres un ciego, tranquilo ya te daremos unas monedas cuando pase. Jesús le oyó y le dijo que quieres que te haga. "Señor que vea".

Era ciego pero tenía las ideas muy claras. Había oído hablar de Jesús de Nazaret, el descendiente del rey David, que hacía milagros en toda Galilea. Y él quería ver. Por eso, cuando le informaron que Jesús iba a pasar por allí, el corazón le dio un vuelco y comenzó a gritar con todas sus fuerzas. ¡Era la oportunidad de su vida! Cuando consiguió estar frente a frente con el Mesías no fue con rodeos; le pidió lo que necesitaba: “¡Señor, que vea!”.
4. Video audición del Vídeo: Bendita la luz, Mana
Letra de la Canción:

Bendito el lugar y el motivo de estar ahí,
bendita la coincidencia.
Bendito el reloj que nos puso puntual,
ahí bendita sea tu presencia.
Bendito Dios por encontrarnos en le camino
y de quitarme esta soledad de mi destino.

Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada,
Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada,
desde el alma.
Benditos ojos que me esquivaban,
simulaban desdén que me ignoraba,
y de repente sostienes la mirada.

Bendito Dios por encontrarnos en el camino
y de quitarme la soledad de mi destino.

Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada,
Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada, ooh.

Gloria divina de esta suerte, del buen tino,
de encontrarme justo ahí, en medio del camino.

Gloria al Cielo de encontrarte ahora,
llevarte mi soledad y coincidir en mi destino,
en el mismo destino.

Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada,
Bendita la luz, bendita la luz de tu mirada,

Bendita mirada, oh,
bendita mirada desde el alma.
Tu mirada, oh oh, bendita, bendita,
bendita mirada bendita tu alma y bendita tu luz.

Tu mirada, oh oh.
Oh oh, te digo es tan bendita tu luz amor, amor.
Y tu mirada, oh, oh.
Amor amor,
qué bendita tu mirada,
tu mirada amor...

5. Oración en común:
“ Danos tus ojos, Señor para ver por tu ventana;
tus ojos alegres y comprensivos, 
para ver el lado bueno de la vida; 
tus ojos llenos de dolor y cansancio en la cruz, 
para saber perdonar; tus ojos misericordiosos, 
para saber amar y mirarlo todo desde el Amor."Amen.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Atreverse a cambiar, historia de Zaqueo

Zaqueo: superando mis miedos.

Indicaciones:

1. Una Frase para el recuerdo.
2. Lectura del texto bíblico: Jesús se encuentra con Zaqueo. Lc.19,1ss:
3. Lectura del comentario para la comprensión del texto.
4. Audiovisión de la canción "Puedes Llegar" de Gloria Estefan.
5. Oración breve en grupo.


1. Frase para el recuerdo: 
"Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo"
(Mahatma Gandhi) 

2. Texto bíblico: (Lc 19.1-10)
“Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.”
3. Comprendiendo el texto. 
Zaqueo era uno de los jefes de los recaudadores para el imperio romano  y quizás uno de lo más corruptos, con tanta riqueza que suscitaba envidia y rabia entre los habitantes de Jericó. Un hombre que podría encarnar el ideal de una sociedad como la nuestra... alguien que ha alcanzado la “el sueño americano”, el ideal que promete nuestro mundo desarrollado, el bienestar individual. ¿Qué más podía esperar Zaqueo?

Sin embargo aquel ideal, tan perseguido por el mundo que le rodea, no le satisface. Tal vez se sienta decepcionado, no es lo que esperaba, no resulta ser la buena noticia divulgada por la sociedad romana... es otra mentira, otro engaño. No se siente feliz.

Por eso quiere ver a Jesús, un hombre diferente, con un mensaje singular. No sabemos quien le habrá hablado de Jesús, ni cómo. Tal vez más de uno, las distintas opiniones (es un charlatán, un profeta, un curandero, un gran orador, habla con autoridad) le han movido a conocerlo de cerca. ¿Qué tiene este Jesús de especial?

Pero la suya es más que una curiosidad, su búsqueda se vuelve ansiosa, hasta el punto de perder la reputación, y de pasar de lo "que dice la gente". No le preocupa su imagen su reputación, su dignidad, ni lo que la gente pueda pensar de él... está dispuesto a todo con tal de ver a Jesús.

Hay que ponerse en camino. Zaqueo nos enseña la importancia de buscar a Jesús de manera decidida, de quererle ver, la importancia de manifestar y vivir un interés profundo por él. En la fe, hay un movimiento humano necesario : la curiosidad, el deseo, el interés por Jesús, por su palabra, por su persona, por su reino. Jesús lo mira y le habla. ¡Quién sabe la confusión interior que sintió Zaqueo! Me está hablando justo a mí. ¿Y por qué a mí... no ve cuánta gente hay alrededor, por qué me escoge exactamente a mí? ¿No sabe lo que soy, lo que hago? Sin duda no sabe lo malo que soy.

Pero al mismo tiempo, ¡qué felicidad el sentirse escogido! Y Zaqueo baja con alegría, no se siente condenado, al contrario se siente valorizado, aceptado, en definitiva se siente amado. Jesús entra en la vida de este hombre y lo hace poniendo todo patas arriba, la vida de Zaqueo da un vuelco total, inesperado, como inesperado fue el encuentro, inesperada la mirada de Jesús. Jesús quiere ir a casa de Zaqueo y se auto-invita. ¡Menuda sorpresa! Algo inimaginable. Esta invitación no entraba en los planes de Zaqueo, se conformaba con menos, con verle pasar... de lejos. Pero, oídas las palabras de Jesús, baja todo contento del árbol y se lleva a Jesús a su casa. ¿Qué significó aquel encuentro para Zaqueo? Todo.

A partir de ese momento hay un antes y un después. De alguna manera Zaqueo baja de la higuera convertido porque aceptó sin titubeos la palabra de Jesús, y le abrió su casa, su corazón y su bolsillo comprometiéndose a arreglar cuantas injusticias hubiera cometido. Quizás como Zaqueo buscamos a Jesús, pero a medias y de lejos... ¡anda que si se para y me mira como a Zaqueo! ¿Tenemos miedo de la profundidad del encuentro con él a solas? Quizás también entre en nuestra vida y lo ponga todo patas arriba...

Es una experiencia que cada uno de nosotros puede hacer. Cuando una persona te quiere de verdad notas cómo cambia tu vida, sientes que te invade una fuerza para hacer el bien. Dicho en una frase de esas que se recuerdan “el amor es como el fuego, si no se comunica, se apaga”.

4. Audiovisión de la canción: Puedes llegar, de Gloria Estefan.


5. Breve oración en Común

"Jesús, amigo y hermano,
muchas veces me he propuesto 
cambiar cosas de mi vida.
Tú conoces mis miedos
el esfuerzo que me exige superarla vergüenza 
y el miedo al ridículo.
Dame fuerza para encontrar mi verdad
y luchar por ella.
Cuento contigo." AMEN

Jesús y la samaritana

Jesús y la mujer samaritana

El texto bíblico: (Jn 4,1ss)


"Cuando Jesús se enteró de que los fariseos habían oído que Jesús hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), dejó Judea y se fue otra vez a Galilea. Para ello era necesario pasar por Samaria; así que llegó a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca del campo que Jacob había dado a su hijo José.

Estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria para sacar agua, y Jesús le dijo: —Dame de beber. (Los discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer).

Entonces la mujer samaritana le dijo: —¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, siendo yo una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos—.

Respondió Jesús y le dijo: —Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber,” tú le hubieras pedido a él, y él te habría dado agua viva.

La mujer le dijo: —Señor, no tienes con qué sacar, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob quien nos dio este pozo y quien bebió de él, y también sus hijos y su ganado?

Respondió Jesús y le dijo: —Todo el que bebe de esta agua volverá a tener sed. Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

La mujer le dijo: —Señor, dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga más acá a sacarla.

Jesús le dijo: —Vé, llama a tu marido y ven aquí.

Respondió la mujer y le dijo: —No tengo marido. Le dijo Jesús: —Bien has dicho: “No tengo marido”; porque cinco maridos has tenido, y el que tienes ahora no es tu marido. Esto has dicho con verdad.

Le dijo la mujer: —Señor, veo que tú eres profeta.

Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se debe adorar.

Jesús le dijo: —Créeme, mujer, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación procede de los judíos.

Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca a tales que le adoren. 

Dios es espíritu; y es necesario que los que le adoran, le adoren en espíritu y en verdad.
Le dijo la mujer: —Sé que viene el Mesías—que es llamado el Cristo—. Cuando él venga, nos declarará todas las cosas.

Jesús le dijo: —Yo soy, el que habla contigo.

En este momento llegaron sus discípulos y se asombraban de que hablara con una mujer; no obstante, ninguno dijo: “¿Qué buscas?” o “¿Qué hablas con ella?”

Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue a la ciudad y dijo a los hombres:
—¡Venid! Ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será posible que éste sea el Cristo?

Entonces salieron de la ciudad y fueron hacia él...

Muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él a causa de la palabra de la mujer que daba testimonio diciendo: “Me dijo todo lo que he hecho.” 
Entonces, cuando los samaritanos vinieron a él, rogándole que se quedase con ellos, se quedó allí dos días.
Y muchos más creyeron a causa de su palabra.
Ellos decían a la mujer: —Ya no creemos a causa de la palabra tuya, porque nosotros mismos hemos oído y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo.


Comentario al texto bíblico:


En Samaria, habitaban judíos que se habían mezclado con tradiciones no judías, e incluso formado familias con no-judíos, esto creaba un rechazo a los amantes de cumplir la ley con ellos. No obstante, Jesús toma este camino y no se silencia, le predica a una mujer, quien muy probablemente luego le hablaría a muchos, de su encuentro con Jesús. Tan extraño resultó este encuentro que hasta la misma mujer, un poco adelante en el relato, le pregunta a Jesús: "¿como es que siendo Él judío le pide de beber a una mujer samaritana? (pues ni se hablaban)" y también se sorprenden sus discípulos. Indudablemente Jesús sabia exactamente lo que hacia, es interesante detenerse a pensar en estos detalles, porque de esta forma cobra mas significado el texto. Jesús no se dejaba llevar por el "que pensaran", ahora el detalle a considerar es que Él es Dios y conocía mas que cualquier hombre las consecuencias. Él tenia un ministerio y lo cumpliría a la perfección, el evangelio se extendería.


El relato es muy interesante, Jesús como humano (Maria es solo la madre de su parte humana), tubo necesidades tales como descansar luego de un viaje, con calor, y tomar agua. Los evangelistas, siempre muestran a Jesús en su parte divina (Hijo de Dios) y humana (hijo de Maria). Llega a un pozo de agua, donde encontraría a la mujer samaritana. Jesús quien caminaría por las aguas, y multiplica los alimentos y anteriormente llenó tinajas con vino, no tendría ningún inconveniente en saciar su sed estando al lado de un pozo con agua, es algo lógico. Pero le pide de beber a una mujer samaritana que poseía un cántaro, siendo Él, rabí. Esto aunque hoy en día resulte anormal (pedir agua a alguien que la puede obtener fácilmente), parece ser que en aquella época un rabí hubiera preferido morir de sed antes de tomar agua de mano de un samaritano, de hecho lo expresa la samaritana. No obstante, Jesús no se deja llevar por prejuicios, obviamente, ni por lo que podrían murmurar de Él, y contrario a la lógica popular le dice a la mujer samaritana "dame de beber".

Para acrecentar, esta escena Jesús estaba solo con la mujer, sus discípulos habían ido a comprar de comer. Nuevamente acá noto la providencia de Jesús. La mujer nunca se hubiera acercado, ni hubiera recibido el evangelio, si estuvieran en el pozo también sus discípulos. Asimismo, podría ser desfavorable por posibilidad a surgir rumores, pero nuevamente, está el tema de que Jesús predicaba "el reino de los cielos" no solo según como lo harían los hombres, Él es también Dios.

La mujer samaritana, obviamente se sorprende del compartimiento de Jesús, totalmente extraño para ella y habla desde su perspectiva.

Ante la pregunta lógica de la mujer samaritana, desde su punto de vista (incorrecto); Jesús responde asimismo de forma lógica desde su otro punto  de vista (verdadero), entonces tenemos que el dialogo resultó ser:

(La mujer samaritana dijo v.4:9:) «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.)(4:10) Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»

La samaritana ("religión" samaritana) poseía un cántaro para sacar agua, Dios hecho hombre: Jesús (Emanuel), posee el don de Dios. Desde mi punto de vista, interpreto: la salvación, el agua espiritual que sacia la sed espiritual, siendo ésta agua Jesús mismo, su obra. La mujer queda confusa, y continua respondiendo desde su perspectiva sin conocer a Jesús, es decir sin cumplir con: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él".

El dialogo expresado entre 11 y 14, inclusive; considero conveniente no separarlos para comentarlos. Supongamos que estamos en idéntica situación, sin conocer a Jesús, bajo condiciones sociales semejantes, en las cuales uno debe, cuidar su imagen y a su vez puede llegar a poseer, incluso, una religión distinta a la que profesa Jesús. Pero Jesús se presenta, y si uno no conociéndolo se encuentra con tal escena, es muy probable que se de el mismo dialogo, ante tales circunstancias. Uno habla del agua terrenal que sacia la sed y Jesús de darte una vida eterna y ser Él el que sacie la sed espiritual. Solo Él puede saciar esta sed porque es Dios, es lo que afirma y personalmente lo creo. Jesús respondió entonces en lo que ahora llamamos versículo 14: "el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna."

El lector en vez de "Agua" podría decir "sanidad" "dinero" "oro" "comida" o una larga lista aunque lo mas adecuado es la "Saciedad del alma", la salvación. Dios suple necesidades, pero está la mas importante que solo Dios puede dar: solo Jesús salva. Este relato que ha perdurado hace mas de dos mil años ¿a cuantas vidas ha influenciado ya? ¿y a ti, estimado lector? ¿Jesús es el que sacia la sed espiritual para ti? Él afirma que es el único. Algunas necesidades como el obtener agua física es factible los humanos la realicemos, pero la salvación solo la puede dar Dios.



(Enlaces de vídeos de la escena que representa el encuentro entre la samarinana y Jesús en el pozo)
http://www.youtube.com/watch?v=cBpShHNtBoY&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=Y_LeUeKUdbA&NR=1&feature=endscreen


El buen samaritano


EL BUEN SAMARITANO
Indicaciones:
1. Textos para ser leídos por dos lectores, uno lee los comentarios y el otro lee los textos bíblicos.
2. Audiovisión del vídeo: "Más alla", interpretada por Gloria Estefan.
3. Declamación juntos de la breve oración que aparece al Final.

1. El texto bíblico reflexiones sobre él:

Éste es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia. De hecho, cuando alguien hace una obra de caridad, tal como dar una limosna, ayudar a una familia en sus dificultades económicas, dar trabajo a alguien... se dice de él que es un "buen samaritano". Sin embargo, releyendo esta parábola, podemos ver dónde pone Jesús de Nazaret la novedad de su mensaje, qué identifica y diferencia a un cristiano. La clave está en la imagen que tenemos de los demás. En si realmente concedemos la dignidad de projimo a todos los seres humanos.

En el Evangelio de Lucas, en su capítulo 10.25-37, se nos presenta a una persona judía creyente que está conversando con Jesús. Le llama la atención las cosas que conoce del nuevo profeta y lo admira, pero en su corazón recela, pues intenta probarle.

"Y he aquí un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Has respondido bien; haz esto, y vivirás."

El interlocutor es un hombre creyente, alguien que conoce las Escrituras y que intenta ser buena persona, cumplidor de la Ley, que cree en Dios y quiere salvarse. Él está seguro de estar haciendo lo correcto ante Dios, pero pregunta a Jesús como para probar si anda dentro de la ley.

"Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"

Con esta pregunta, el hombre está cuestionando si hay que amar a todas las personas, ya que pregunta ¿quién es mi prójimo?. La tradición judía expresa que el prójimo es alguien de su propio pueblo o un extranjero que se convierte al judaísmo y convive con ellos, formando parte de Israel (Levítico 19.18, 33-34). Un pagano, un extranjero de otra religión, no es considerado, por este hombre, como su prójimo y, por tanto, según él, no tiene obligación legal de amarle como a sí mismo. Sin embargo, se hace como que no se entera, esperando que Jesús entre de lleno en la cuestión, haciendo la pregunta: y ¿quién es mi prójimo?. La Respuesta de Jesús es una historia, un ejemplo que se puede dar con frecuencia.

"Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto."

Jesús no dice de qué nacionalidad es el hombre. Es de suponer que fuese judío, puesto que iba de Jerusalén a Jericó, pero el Señor, premeditadamente, no lo especifica, dejando la puerta abierta a toda la humanidad. ¿Quiénes eran los ladrones que despojan a esta persona?. Cristo llama ladrones en varias ocasiones a los dirigentes de las religiones, que se adueñan psicológicamente de las personas y las someten aservidumbre espiritual. Tenemos un ejemplo en el siguiente pasaje:

"Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Mateo 21.12-13).

Éstos dejan al hombre vacío, sin fuerza para continuar en su camino, es decir, medio muerto, despojado y sin posibilidad de tener relación directa con Dios. Los maestros de la ley judía se habían convertido en intermediarios de la religión y negociaban con ella.

"Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo."

Cristo hace referencia a los "maestros" e intérpretes de la Ley. Los hombres de religión, los dirigentes, que en teoría, guían al pueblo, sepulcros blanqueados. ¿Cómo iban ellos a asistir al hombre si sus compañeros eran los que le habían despojado?

"Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia"

Ahora nos presenta un nuevo personaje. Especifica su nacionalidad, ya que los samaritanos eran considerados por los judíos como extranjeros, paganos, despreciables.
Hay otro pasaje donde Cristo le pide agua a una samaritana, y ella le responde:

 "¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí" (Juan 4.9).

Por supuesto, un judío, que aquí representa a todo hombre de religión, no va a considerar a un samaritano como un Sacerdote u hombre de Dios. Sin embargo, el Jesús nos presenta, precisamente, este nuevo Sacerdocio. Un hombre normal, que no descendía de Jerusalén a Jericó, como el sacerdote litúrgico, es decir, alejándose de la ciudad de Dios (Jerusalén) hacia el mundo (Jericó), sino que iba de camino, posiblemente en dirección contraria, del mundo a Dios. Un hombre sencillo y honrado que busca ser mensajero de la bondad de Dios con sus manos.
Este hombre de Dios se acerca al herido y siente la Misericordia de Dios, se entristece por su situación y ahora veremos qué hace para salvarlo. La salvación para las personas comienza ya, no después de la muerte; es necesario salvar a cada ser humano en su dignidad.

"y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él."

Lo primero que hace es entrar en contacto con él, curar sus heridas con aceite y vino, los dos símbolos utilizados en las ceremonias religiosas.. Una vez que realiza esta primera cura, le pone en su cabalgadura, ya que aún este hombre está débil y no es capaz de andar por si mismo.  Lo lleva al mesón, lugar que representa la presencia de Dios que no sólo se encuentra en el templo, sino en todas las situaciones cotidianas que vivimos. Y allí cuida de él, dándole el alimento necesario para reponer sus fuerzas.

"Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese."

Solucionado el problema material, hemos de darnos cuenta, que este nuevo Sacerdote comprende que no puede interferir en la relación entre Dios (Mesonero) y su hijo (huésped), y que él ya ha cumplido su misión y lo deja que en su proceso personal recupere las fuerzas para seguir su camino hacia Jerusalén, o lo que es lo mismo su camino como creyente en su libertad.
Una vez que Jesús pone las cosas claras y manifiesta su denuncia de la manipulación de los sacerdotes judíos, le devuelve la pregunta:

"¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?"

Date cuenta que, al principio de la parábola, el intérprete de la Ley pregunta quién es su prójimo y, al final de la misma, Jesús le ha dado la vuelta a la pregunta, contestándole quién fue el prójimo del hombre. Lo importante no es pensar a quién tienes obligación de ayudar, sino saber que debes ayudar a cualquiera, no sólo en lo material, sino en su proceso interior y espiritual, para que cada uno recorra su propio camino en libertad.

Veamos ahora la respuesta del religioso:

"Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo."

A esto se refiere la expresión cristiana “nacer de nuevo”, nacer a una nueva vida, en este caso, a una visión universal de la dignidad humana.

2. Audiovisión del vídeo: "Mas Allá", Gloria Estefan.


3. Breve oración en Común.


"Jesús de Nazaret,
que con tu Buena Nueva
nos invitas a crear un nuevo mundo,
ayúdanos a superar las dependencias del pasado,
y los prejuicios del presente.
Queremos reconocer, a partir de "ya",
la dignidad de cada persona
y acercarnos un poco más a Ti
con pequeños gestos de amor."
AMÉN

martes, 18 de septiembre de 2012

El joven rico


El joven rico (Mateo 19, 16-22)

Ser Cristiano exige esfuerzo, pero también alegría y realización humana.

“En aquel tiempo, se acercó un jóven a Jesús y le preguntó: Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Él le preguntó: ¿Cuáles? Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama al prójimo como a ti mismo". El muchacho le dijo: Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta? Jesús le contestó: Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico”.

Reflexión sobre el texto:

¿Qué debo hacer con mi vida? ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Me siento protagonista de mi vida?
El joven del evangelio sentía una inquietud en su interior. Es un  joven inconformista, con muchas cualidades que se pedía más a sí mismo.

Seguro que tenía amigos más egoístas o más violentos; seguro que convivía con personas casi indiferentes ante el sufrimiento de los demás. Pero él no era así. Quería vivir con más intensidad, y por eso se acercó a Jesús para preguntarle qué debía hacer.

¿Alguna vez te has preguntado hasta dónde quieres llegar con tu vida? ¿Hasta qué punto eres capaz de esforzarte por ser fiel a lo que quieres ser? El joven de la historia escuchada viene con buena disposición, sin embargo se siente decepcionado y se va triste. ¡Qué contradicción! Poseía muchos bienes, y en lugar de estar alegre, se marchó con un rostro marcado por la tristeza y el desengaño En su caso la dependencia del dinero le bloqueó su proceso personal. ¿Sientes que hay algo en ti o tu alrededor que te impide ser como quieres ser?

Ser Cristiano, seguir a Jesús exige esfuerzo, tener libertad de movimiento sin dependencias. Significa sacrificio, pero también alegría y realización humana. No hay que tener miedo a lo que nos exija la vivencia auténtica de nuestro cristianismo, porque no estamos solos. Seguir a Cristo es el camino para aprovechar bien la vida.

Un  propósito para hoy:

En un os segundos de silencio me propongo realizar algo, un detalle, por el que somos un poco mejores que ayer desprendiéndonos de algo.

Oración en grupo:
Jesús de Nazaret, me acercó a Ti como el ese joven que se creía muy bueno. Como él, quiero ser protagonista de mi vida y desarrollar toda mi persona para mi bien y el de los demás. Quiero tener el valor de saber escuchar y la libertad de superar mis dependencias. En los días de cansancio, desaliento o confusión dame fuerzas para mantenerme firme.