miércoles, 19 de septiembre de 2012

El buen samaritano


EL BUEN SAMARITANO
Indicaciones:
1. Textos para ser leídos por dos lectores, uno lee los comentarios y el otro lee los textos bíblicos.
2. Audiovisión del vídeo: "Más alla", interpretada por Gloria Estefan.
3. Declamación juntos de la breve oración que aparece al Final.

1. El texto bíblico reflexiones sobre él:

Éste es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia. De hecho, cuando alguien hace una obra de caridad, tal como dar una limosna, ayudar a una familia en sus dificultades económicas, dar trabajo a alguien... se dice de él que es un "buen samaritano". Sin embargo, releyendo esta parábola, podemos ver dónde pone Jesús de Nazaret la novedad de su mensaje, qué identifica y diferencia a un cristiano. La clave está en la imagen que tenemos de los demás. En si realmente concedemos la dignidad de projimo a todos los seres humanos.

En el Evangelio de Lucas, en su capítulo 10.25-37, se nos presenta a una persona judía creyente que está conversando con Jesús. Le llama la atención las cosas que conoce del nuevo profeta y lo admira, pero en su corazón recela, pues intenta probarle.

"Y he aquí un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿¿Qué he de hacer para heredar la vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Has respondido bien; haz esto, y vivirás."

El interlocutor es un hombre creyente, alguien que conoce las Escrituras y que intenta ser buena persona, cumplidor de la Ley, que cree en Dios y quiere salvarse. Él está seguro de estar haciendo lo correcto ante Dios, pero pregunta a Jesús como para probar si anda dentro de la ley.

"Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?"

Con esta pregunta, el hombre está cuestionando si hay que amar a todas las personas, ya que pregunta ¿quién es mi prójimo?. La tradición judía expresa que el prójimo es alguien de su propio pueblo o un extranjero que se convierte al judaísmo y convive con ellos, formando parte de Israel (Levítico 19.18, 33-34). Un pagano, un extranjero de otra religión, no es considerado, por este hombre, como su prójimo y, por tanto, según él, no tiene obligación legal de amarle como a sí mismo. Sin embargo, se hace como que no se entera, esperando que Jesús entre de lleno en la cuestión, haciendo la pregunta: y ¿quién es mi prójimo?. La Respuesta de Jesús es una historia, un ejemplo que se puede dar con frecuencia.

"Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto."

Jesús no dice de qué nacionalidad es el hombre. Es de suponer que fuese judío, puesto que iba de Jerusalén a Jericó, pero el Señor, premeditadamente, no lo especifica, dejando la puerta abierta a toda la humanidad. ¿Quiénes eran los ladrones que despojan a esta persona?. Cristo llama ladrones en varias ocasiones a los dirigentes de las religiones, que se adueñan psicológicamente de las personas y las someten aservidumbre espiritual. Tenemos un ejemplo en el siguiente pasaje:

"Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Mateo 21.12-13).

Éstos dejan al hombre vacío, sin fuerza para continuar en su camino, es decir, medio muerto, despojado y sin posibilidad de tener relación directa con Dios. Los maestros de la ley judía se habían convertido en intermediarios de la religión y negociaban con ella.

"Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo."

Cristo hace referencia a los "maestros" e intérpretes de la Ley. Los hombres de religión, los dirigentes, que en teoría, guían al pueblo, sepulcros blanqueados. ¿Cómo iban ellos a asistir al hombre si sus compañeros eran los que le habían despojado?

"Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia"

Ahora nos presenta un nuevo personaje. Especifica su nacionalidad, ya que los samaritanos eran considerados por los judíos como extranjeros, paganos, despreciables.
Hay otro pasaje donde Cristo le pide agua a una samaritana, y ella le responde:

 "¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí" (Juan 4.9).

Por supuesto, un judío, que aquí representa a todo hombre de religión, no va a considerar a un samaritano como un Sacerdote u hombre de Dios. Sin embargo, el Jesús nos presenta, precisamente, este nuevo Sacerdocio. Un hombre normal, que no descendía de Jerusalén a Jericó, como el sacerdote litúrgico, es decir, alejándose de la ciudad de Dios (Jerusalén) hacia el mundo (Jericó), sino que iba de camino, posiblemente en dirección contraria, del mundo a Dios. Un hombre sencillo y honrado que busca ser mensajero de la bondad de Dios con sus manos.
Este hombre de Dios se acerca al herido y siente la Misericordia de Dios, se entristece por su situación y ahora veremos qué hace para salvarlo. La salvación para las personas comienza ya, no después de la muerte; es necesario salvar a cada ser humano en su dignidad.

"y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él."

Lo primero que hace es entrar en contacto con él, curar sus heridas con aceite y vino, los dos símbolos utilizados en las ceremonias religiosas.. Una vez que realiza esta primera cura, le pone en su cabalgadura, ya que aún este hombre está débil y no es capaz de andar por si mismo.  Lo lleva al mesón, lugar que representa la presencia de Dios que no sólo se encuentra en el templo, sino en todas las situaciones cotidianas que vivimos. Y allí cuida de él, dándole el alimento necesario para reponer sus fuerzas.

"Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese."

Solucionado el problema material, hemos de darnos cuenta, que este nuevo Sacerdote comprende que no puede interferir en la relación entre Dios (Mesonero) y su hijo (huésped), y que él ya ha cumplido su misión y lo deja que en su proceso personal recupere las fuerzas para seguir su camino hacia Jerusalén, o lo que es lo mismo su camino como creyente en su libertad.
Una vez que Jesús pone las cosas claras y manifiesta su denuncia de la manipulación de los sacerdotes judíos, le devuelve la pregunta:

"¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?"

Date cuenta que, al principio de la parábola, el intérprete de la Ley pregunta quién es su prójimo y, al final de la misma, Jesús le ha dado la vuelta a la pregunta, contestándole quién fue el prójimo del hombre. Lo importante no es pensar a quién tienes obligación de ayudar, sino saber que debes ayudar a cualquiera, no sólo en lo material, sino en su proceso interior y espiritual, para que cada uno recorra su propio camino en libertad.

Veamos ahora la respuesta del religioso:

"Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo."

A esto se refiere la expresión cristiana “nacer de nuevo”, nacer a una nueva vida, en este caso, a una visión universal de la dignidad humana.

2. Audiovisión del vídeo: "Mas Allá", Gloria Estefan.


3. Breve oración en Común.


"Jesús de Nazaret,
que con tu Buena Nueva
nos invitas a crear un nuevo mundo,
ayúdanos a superar las dependencias del pasado,
y los prejuicios del presente.
Queremos reconocer, a partir de "ya",
la dignidad de cada persona
y acercarnos un poco más a Ti
con pequeños gestos de amor."
AMÉN

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