Indicaciones:
1. Una frase para el recuerdo
2. Texto bíblico: Lc. 17, 11-17
4. Videoaudición: Gratitud, Fonseca
5. Lectura del "Decálogo de gratitud"
4. Videoaudición: Gracias Señor, Joan Sebastian
4. Videoaudición: Gracias Señor, Joan Sebastian
1. Una frase para el recuerdo.
"El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien"
(Francisco de Quevedo)
1. Introducción. Lc. 17, 11-17
"Y aconteció que mientras iba camino a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea, y al entrar en cierta aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia, y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros! Cuando El los vio, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. Y sucedió que mientras iban, quedaron limpios. Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve... ¿dónde están?"
3. Videoaudición: Gratitud, Fonseca.
3. Decálogo de gratitud.
- A ti que me correspondiste cuando sentí, sin miedo alguno, el deseo de gritar lo más duro que pude “conseguí a alguien a quien querer tal y como es”.
- A ti que a pesar de las diferencias y el contexto te diste la oportunidad tomándome de la mano de enfrentar todo para vivir en la locura.
- A ti que me hiciste sufrir, que me hiciste dudar, que me hiciste cuestionarme e incluso evaluarme ¡Gracias!. Cada lágrima me hizo fuerte, cada tropiezo me hizo levantar, cada herida me hizo aprender a sanar y cada dolor me dio la fuerza para perdonar.
- A ti que no llamaste de nuevo, que me tuviste al lado del teléfono infinitas horas atenta a un gesto de correspondencia después de aquella entrega. A ese que decidió no volver le agradezco que me ahorrara el tiempo, que me hiciera no perderlo en ilusiones vacías y que me hizo asimilar realidades porque no había más que ofrecer le debo mi actual claridad para evaluar y entregar.
- A ti que te fuiste con alguien que quería importándote poco cualquier parámetro de consideración y respeto, te debo, hoy por hoy, el poder de seleccionar mejor a quienes me rodean, he incluso te disculpo por no saber equilibrar deseo y sentimiento, no como gesto benevolente ante tú error si no, como placer humano de brindar paz.
- A ti que me tuviste como opción y nunca como prioridad. Que no luchaste si no solo ofreciste y muchas veces lo restante de tu vida te agradezco que hayas pasado por la mía. Me enseñaste sin saber como se debe tratar a las personas, pues no podría hacer a otros cosas que no me gustaría me retribuyeran. Por esa inconstancia ante mi sentir me dejaste ver lo que nunca quiero ser o hacer a quien me pretenda.
- A ti que solo piensas en mi en la distancia pero que en la realidad de un encuentro te faltan pantalones y vida para verme a los ojos te recuerdo que: “Las palabras el viento las aleja y sin acciones nada queda”. Considéralo como un consejo para que no tropieces con la misma piedra y puedas lograr sentirte el hombre que presumes pero que en realidad no existe.
- A ti que te ausentaste sin despedida mil gracias por ahorrarte palabras sin sentido que pudiesen haber complicado aquel momento carente de explicaciones válidas. Tú ausencia se hizo letra, se hizo arte y me invito a regocijarme en el placer de comunicar sin palabras, mi actual alimento de vida.
- A ti que aún no entiendes todo lo que significo, que no ves todo lo que soy o seré, que no te has percatado de lo bonito de mi estadía, de lo acertado de mi pasión gracias. Me has permitido recordarme mil veces todo lo que represento y saberme como soy me llena de plena dicha, pocos pueden presumir de eso.
- A ti que no has llegado aún pero llegarás, gracias por existir en el mismo momento y tiempo que yo lo hago. Gracias por reconocerme, valorarme, aceptarme y sentirme entre líneas. En especial agradezco que me recuerdes el hecho de que la espera valió la pena.
3. Videoaudición: Gracias Señor, Joan Sebastian
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