viernes, 19 de octubre de 2012

Sinceridad, raíz de todas las virtudes

Mejor que con palabras la sinceridad se muestra con acciones

Indicaciones:

1. Introducción: Hurry Truman.
2. Una frase para el recuerdo.
3. Texto Bíblico: Jesús denuncia la mentira
4. Videoaudición: Sinceridad, RBD
5. Lectura del "Decálogo para la Sinceridad" (Juan XXIII)

1. Introducción. Hurry Truman.
HARRY TRUMAN fue una clase diferente como presidente. Probablemente tomó tantas o más decisiones en relación con la historia de USA como las que tomaron los 42 presidentes que le precedieron. Una medida de su grandeza puede que permanezca para siempre: se trata de lo que hizo después de dejar la Casa Blanca.

       La única propiedad que tenía cuando falleció era la casa en la cual vivía, que se hallaba en la localidad de Independence, Missouri. Su esposa la había heredado de sus padres y, aparte de los años que pasaron en la Casa Blanca , fue donde vivieron durante toda la vida. 

       Cuando se retiró de la vida oficial en 1952, todos sus ingresos consistían en una pensión del Ejército de  $13.507 al año.  Al enterarse el Congreso de que se pagaba sus sellos de correo, le otorgó un complemento y, más tarde, una pensión retroactiva de  $25,000 por año.
 

       Después de la toma de posesión del Presidente Eisenhower, Truman y su esposa regresaron a su hogar en Missouri conduciendo su propio coche... sin ninguna compañía del Servicio Secreto.
 

       Cuando le ofrecían puestos corporativos con grandes salarios, los rechazaba diciendo:  "Ustedes no me quieren a mí, lo que quieren es la figura del Presidente y esa no me pertenece. Le pertenece al pueblo norteamericano y no está en venta..."
 

       Aún después, cuando el 6 de Mayo de 1971 el Congreso estaba preparándose para otorgarle la Medalla de Honor en su 87 cumpleaños, rehusó aceptarla, escribiéndoles:  "No considero que haya hecho nada para merecer ese reconocimiento, ya venga del Congreso o de cualquier otro sitio."
 

       Como  Presidente se pagó todos los gastos de viaje y la comida con su propio dinero.
 
2. Una frase para el recuerdo.
"En los tratos entre los hombres de verdad la sinceridad e integridad son de mayor importancia para la felicidad en la vida"
(Benjamin Franklin)

3. Texto bíblico: Jesús denuncia la mentira. Mt. 27-31


"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, 
y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 
Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas."

3. Videoaudición: Sinceridad (RBD)
3. Decálogo de la sinceridad: Papa Juan XXIII


  1. Sólo por hoy tratare de vivir exclusivamente el día sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
  2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, cortes en mis maneras, no criticare a nadie y no pretenderé mejorar a nadie sino a mi mismo.
  3. Sólo por hoy me adaptare a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis deseos.
  4. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura lo es para la salud del alma.
  5. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
  6. Sólo por hoy haré una cosa buena que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procurare que nadie se entere.
  7. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizás no lo cumplo detalladamente, pero lo redactare y me cuidare de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
  8. Sólo por hoy creeré firmemente que la buena Providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
  9. Sólo por hoy no tendré temores. De modo particular, no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad. Puedo hacer bien durante un día pero no descorazonaría si pensase no tener que hacerlo durante toda la vida.




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